La ciudad muerta

Nació en una vieja ciudad del oriente de Venezuela que esconde entre cardonales ruinas de un pasado mejor, a orillas de un río (Neverí) que fue navegable y cerca de unas llanuras de terrenos salitrosos. […]

En este ambiente formose el carácter de Manuel, así llegó a la adolescencia con un inmoderado hábito de soledad y un propósito único, absorbente, escapar de aquella ciudad mortal de donde emigraban todos los hombres fuertes. […]

Era una desbandada trágica que iba dejando sin cerebros y sin brazos a la provincia, en la cual, a la postre, solo quedaría el rezago de los incapaces y de los mediocres. […]

Una tarde levaron anclas ante una multitud de curiosos que todavía no querían convencerse de que la obra del coterráneo fuese una embarcación como otra cualquiera […]

(Rómulo Gallegos, Caracas, 1.919)

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El Neverí del cuento asoma viejos
seres atribulados que carencia
redujo con profundos entrecejos.

Apena el cardonal a la paciencia
áspera al sol, y al pie, con asechanza,
fisura con impávida violencia.

El río, el Padre río, con templanza
se dobla al mar, no cierra la promesa,
y la proa maltrecha así se lanza
con los nautas, ansiosos por su empresa.

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