La Tres gracias

En el huerto sinceran los frutales:
intensos rambutanes sin decoro,
y la poma de cúpulas joviales.

¡Declaran a las sombras su tesoro
carnal! Acercan serias lontananzas,
ascendiendo sus ondas para el coro.

Con destreza de largas esperanzas
se convocan entre ellas… ¡una sola!:
mesura y equidad de tres balanzas
estimando licencia de amapola.

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