rafael-bolivar-coronado

Con el hábil tendón, que de tu mano,
tendido, con afán a la escritura,
y con los aires que surtía Jano,

licuaste los escritos a tu altura.
¡Argucia del disfraz entre los vates,
en sus dignos talentos de locura!

Hecha la delación de tus dislates,
además de abusar del buen Rufino,
por dormirte en Madrid en sus arriates,
al parecerte el dumio tan cansino.

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