MUNCH
De Edvard Munch

Se encrespa el limbo siendo un mar de fuego,
el zarco bate curvas energéticas;
calidez y frescura urdiendo un juego.

Dos figuras, al fondo, muy patéticas,
sin gestos que se puedan escrutar,
tal vez conspiren tramas hipotéticas.

Una entidad al frente, sin guiñar,
sugiere descarriarse en un abismo:
sola, confusa, larga, sin llorar…
¡la garganta desgarra en el mutismo!

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