Abandonada: en un desierto y sola,
emerge por el aire una figura
nacida por mano de española
visión. Y sobrelleva con locura,
ofensiva de múltiples serpientes
y dos piezas que fingen dentadura.
Dolor y desespero —¡armipotentes!—,
perturban fauces y ojos. Y en querellas,
las cejas que se rompen y turgentes.
Abajo, en la derecha, extrañas huellas.